¿Se está volviendo el mundo más violento?

 Afirmamos un rotundo si, el mundo se vuelve cada vez más violento en comparación con el principio de este siglo, los conflictos armados están en aumento, y los investigadores advierten que para finales de 2023 podrían existir al menos ocho grandes guerras, junto con numerosos enfrentamientos de menor escala en diferentes partes del mundo. Esta tendencia señala una situación global inestable y con mayores tensiones que requieren atención urgente.

Junto a los conflictos conocidos ya como la guerra entre Israel y Hamás en la Franja de Gaza que acumula muertos cada día y la invasión rusa de Ucrania que en dos meses cumple dos años, se viven conflictos armados a gran escala en Burkina Faso, Somalia, Sudán, Yemen, Myanmar, Nigeria y Siria.

Hay muchas definiciones, pero la guerra es un enfrentamiento armado prolongado entre fuerzas armadas gubernamentales y uno o más grupos armados, o entre tales grupos en el territorio de un Estado. El enfrentamiento armado debe alcanzar un nivel mínimo de intensidad y las partes enfrentadas deben poseer un nivel mínimo de organización, según el instituto de investigación de la paz internacional de Suecia, sus requisitos son enfrentar al menos una fuerza militar, ya sea contra otro u otros ejércitos o contra una fuerza insurgente y haber muerto diez mil o más personas. Ataques indiscriminados contra civiles, toma de rehenes, bloqueos, desplazamientos forzados, bombardeos de instalaciones no militares: no todo vale en la guerra. 

“La guerra no está prohibida por el derecho internacional. Los conflictos armados no son ilícitos, pero tienen reglas”, explica a BBC Mundo Hugo Relva, asesor legal de Amnistía Internacional. No respetar ciertas reglas, aceptadas por la inmensa mayoría de los países y especificadas en diversos tratados internacionales, se considera un crimen.

Los conflictos en Burkina Faso, Somalia, Sudán, Yemen, Myanmar, Nigeria y Siria representan una compleja red de crisis humanitarias y confrontaciones armadas con consecuencias devastadoras. Estas guerras y conflictos de menor intensidad han provocado desplazamientos masivos, hambrunas, violaciones masivas de derechos humanos y destrucción generalizada.